Historia de Barcelona

El origen del primer poblado en la zona de Barcelona se sitúa en torno al año 1500 a.C, aunque no fue hasta el 218 a.C cuando los romanos se establecieron en Montjuïc y ocuparon la actual Plaza de Sant Jaume. Ese fue el momento en el que se denominó a la ciudad Barcino, origen de su nombre actual. Fue invadida varias veces por hordas franco-alemanas, por visigodos y por musulmanes. Tras años de luchas de poder, los francos arrebataron a los musulmanes la ciudad y constituyeron el Condado de Barcelona.

santa-maria-del-marEn 1137 Ramón Berenguer IV integró el condado de Barcelona a la Corona de Aragón gracias a su matrimonio con Petronila de Aragón. La expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo convirtió a Barcelona en una de las ciudades más importantes del Mediterráneo occidental. En 1249 el rey Jaime I fundó el municipio de Barcelona y la ciudad siguió floreciendo hasta el siglo siguiente cuando se vio asolada por la peste negra y las guerras. En 1469 la Corona de Castilla y de Aragón unieron sus fuerzas gracias al enlace de Fernando II de Aragón e Isabel de Castilla, los “Reyes Católicos”. A partir de entonces Barcelona desarrolló una importante industria naval militar y se benefició del poder de la Corona de Castilla.

En los siglos XVII y XVIII Barcelona perdió posesiones en el Mediterráneo y padeció las Guerras de Secesión y Sucesión, en las que los catalanes apoyados por los franceses se sublevaron a la corona española debido a los altos impuestos que estaban obligados a pagar. Gracias a este enfrentamiento, los franceses se quedaron con la mitad del territorio de Cataluña al norte de los Pirineos, territorio que nunca más volvió a ser catalán. El apoyo de Cataluña a los Habsburgo en la Guerra de Sucesión provocó que Barcelona quedará en total bancarrota y el territorio catalán pasara a manos borbónicas. Una de las operaciones militares más conocidas de la Guerra de Sucesión fue el sitio de Barcelona, que concluyó el 11 de septiembre de 1714 con la derrota de Barcelona. La defensa de la ciudad y el recuerdo de los caídos se conmemoran en la fiesta oficial de Cataluña (Diada Nacional de Catalunya) el 11 de septiembre.

montjuitTras la Guerra de Sucesión el comercio con América y con el resto de la península convirtieron a Barcelona en una ciudad próspera de nuevo, con una potente industria textil. El peso de la clase obrera en la ciudad fue tal que en 1854 se dio la primera huelga general de España. Durante el Siglo XIX, y tras la Guerra de la Independencia llegó a la ciudad el ferrocarril, el derribo de las murallas y la construcción del Eixample. Esta revolución trajo a Barcelona su época más dorada tanto económica, como artística y monumental, que la llevó incluso a organizar una exposición universal en 1888.

A principios del Siglo XX Barcelona desarrolló su fuerza y personalidad gracias al movimiento modernista. Arquitectos, pintores y diseñadores dejaron una huella imborrable por toda la ciudad. Esta época de gran prosperidad trajo a Barcelona en 1929 su segunda Exposición internacional. Dos años más tarde y con la proclamación de la II República, Barcelona recuperó sus competencias políticas y se promulgó su propio estatuto de Autonomía en 1932.

Aunque durante la Guerra Civil Barcelona fue una de las ciudades más asediadas por acoger a multitud de republicanos y perder de nuevo todas sus competencias, también fue una de las ciudades más favorecidas gracias a la gran industrialización que se produjo, espectacular desde 1960 hasta 1975.

Tras caer la dictadura del General Franco, Barcelona recuperó de nuevo la Generalitat y su autonomía. Y consiguió un gran progreso económico gracias a la entrada de España en la Unión Europea y la organización en 1992 de los Juegos Olímpicos, que le dieron fama mundial y la promocionaron como un buen destino turístico.

En la actualidad, Barcelona es una ciudad moderna y cosmopolita, que cuenta con los atractivos propios de una gran ciudad para vivir y conocer: playa, buen tiempo todo el año, excelentes medios de transporte y comunicaciones con el resto del país y del mundo, monumentos y museos, ferias y convenciones internacionales y una gran oferta nocturna y gastronómica.